¿Qué es argumentar?

¿Por qué argumentamos?

Todas las personas tienen la necesidad de argumentar lo que dicen, a través de ese proceso se da el conocimiento, entonces podemos decir que con enorme frecuencia los individuos tenemos que recurrir a argumentos. Las ideas hay que argumentarlas, de lo contrario no pasarían de ser opiniones.

Esta es, por tanto, la función principal de los argumentos: darle sustento a una idea central, darle soporte. Quien argumenta, sustenta, justifica o apoya una idea; y para hacerlo, deberá encontrar causas, pruebas o razones que ratifiquen su idea.

Así mismo, los argumentos cumplen con otra función principal: son esenciales en  la vida para poder indagar y evaluar las distintas opciones con el fin de elegir la mejor de ellas. Por otro lado, los argumentos son requeridos para convencer auditorios de la conveniencia o justeza de una posición o tesis, para producir o acrecentar la adhesión de un auditorio a la tesis que se presentan a su asentimiento.

 

Funciones de la argumentación

•      Evaluar                                                                      
•      Sustentar
•      Convencer

Los conocimientos específicos no requieren argumentarse, sino simplemente aprenderse e incorporarse; en cambio, las proposiciones y los conceptos sí requieren argumentos, ya que las proposiciones son que ideas que necesariamente involucran la contradicción y el conflicto.

Opinión y argumentación

Entre maestros podría confundirse el término de argumentación con el de opinión; es esencial tener en cuenta que la principal diferencia entre argumentación y opinión proviene del peso que adquieren en esta última el interés y la necesidad de quien formula la afirmación.

La opinión es abiertamente interesada, subjetiva y personal y a su vez busca interés y un beneficio a quien la formula. La opinión se soporta sobre la necesidad personal.

Argumentación y limitaciones del pensamiento

Al argumentar nos enfrentamos a la necesidad de superar algunas limitaciones del pensamiento; entre ellas la principal es la que tiene que ver con la inclusión del contenido. Al pensar sobre contenidos concretos aparecen los rangos y niveles de veracidad en las afirmaciones, los matices, los condicionantes, las tensiones, las contradicciones, entre otros.

Habrá entonces afirmaciones mas ciertas que otras, aparecerán matices en nuestros actos de hablas. La lengua y el habla, como sostenía Hymes, están profundamente contextualizadas. 

Algunas características de la argumentación

•      La argumentación es ramificada y multidimensional.

Posee una “estructura arbórea” como afirma Martínez (2000); y ello es necesario para interpretar y explicar una realidad multidimensional, interrelacionada y multicausada.

•      Implica reconocer la presencia de la discrepancia y el conflicto.

Se argumenta porque se necesita discernir; y se necesita argumentar porque hay interpretaciones diferentes.

•      Probabilística.

La argumentación presenta grados de verdad, niveles de adhesión, de credibilidad y de probabilidad.

•      Medio de validar y acceder a la verdad.
•      Compleja y multideterminada (Morín).